top of page

SEGUNDA RESIDENCIA - LEOZ, MARGARITA.

 

Nacida en Pamplona en 1980, diríase que su juventud no responde a la riqueza, color y profundidad de una voz poética que ha sido merecedora ya de varios premios (Francisco Ynduráin de las Letras o Encuentros de Jóvenes Artistas de Navarra, por citar quizás los más relevantes). Licenciada en Filología Francesa y en Teoría Literaria y Literatura Comparada por las universidades de Salamanca y Barcelona respectivamente, sus textos figuran ya en varias antologías y es requerida, cada vez con mayor frecuencia, en actos culturales de diverso sesgo. El telar de Penélope (2008) es su primera obra lírica publicada como volumen y en él se revisa y reinterpreta uno de los mitos más conocidos de la Antigüedad: la figura de Penélope. En los versos de Margarita Leoz su espera se torna reflexión activa, arbotante de una historia bastante más poliédrica, de tonos más irisados de lo que estamos acostumbrados a recordar.

 

Como escritora, ha declarado sentirse bastante influenciada por los escritores estadounidenses del siglo XX, como John Cheever o Tobias Wolff; también ha mostrado simpatía hacia el escritor noruego Askildsen. Entre todos le han ayudado a concebir su forma de escritura en prosa, la que propulsó su libro Segunda residencia.

 

Figura en la antología Mujeres. Poéticas del Agua (2011), entre otras.

Nos bautizaremos de nuevo con piedras.

Tú no tendrás ya ningún nombre

y yo ya no seré Penélope.

no habrá más hexámetros colgando a la intemperie

de mi puerta.

Tal vez las mareas rojas

no nos produzcan más deseo

sino ternura.

Pero entonces

será que estamos llegando a la terminación

del barco, del telar y del viaje

y será bello.

 

Ha colaborado en revistas culturales (La casa de los Malfenti, NAV7, Pregón Siglo XXI, etc.), y como comentarista literaria, en programas de radio y televisión locales, como el programa Así suenan los libros de Onda Cero en Radio Navarra. También usa las plataformas blogs como método de escritura y divulgación de la literatura a la que hace críticas tanto a título personal como profesionalmente.

 

En 2012 publicó su libro de relatos, Segunda residencia, en Tropo Editores. Siendo su primer libro de prosa, es un compendio de 13 relatos que hablan de la vida ordinaria. Tuvo una acogida como un libro maduro lleno de miradas a los detalles nimios de la rutina diaria.

 

 

TINO PERTIERRA La escritora navarra Margarita Leoz ha escrito uno de los mejores libro de relatos del año: «Segunda residencia» (Tropo Editores). Historias que «hablan del paso del tiempo y de las ilusiones perdidas, de aquello que creemos ser y de aquello en lo que nos acabamos convirtiendo, pero también de la diferencia entre lo que deseamos y lo que hacemos, de esa distancia tan hiriente entre lo que anhelamos y lo que hacemos. Por ese lado, los cuentos hablan de la insatisfacción, de la incapacidad para ser feliz, de la distancia entre el deseo y la voluntad, de cómo todos los personajes viven una soledad que en el fondo comparten, que les impide abrirse a los demás, entregarse sin reparos, con confianza, sin recelos».

 

Margarita Leoz es heredera de la mejor narrativa norteamericana, esa que tiene como piedra angular a Carver, Cheever o Ford, amén de Wolf, y que tiene sus orígenes en Hemingway y, antes, en Chejov, y cuyo representante español más destacado, pero no por ello más reconocido, es Gonzalo Calcedo. En sus cuentos no se narran grandes acontecimientos; no se producen epifanías deslumbrantes; ni siquiera sus personajes parecen cambiar mucho. Se podría decir, incluso, que en muchos de estos cuentos el cambio es precisamente que no hay cambio.

 

Sin supersticiones, trece son los relatos de los que se compone este libro. En cinco de ellos la vida en pareja es la protagonista. Cinco parejas que están prácticamente rotas pero que siguen avanzando a fuerza de cotidianidad. Nadie se planta, nadie decide romper, aunque hayan tenido una aventura con otra mujer (Segunda residencia); la vida en común no era como la esperaban (Trajes granates al fondo del armario); o simplemente tu novio te resulte insoportable (Burbujas de cristal).

 

En otros dos cuentos (Estarán de obras y Llamaradas) se da un amor solo de ida. En ambos casos, el protagonista es un chico universitario, atraído en el primer caso por una compañera de facultad más mayor que él y en el segundo por su prima, con la que ha crecido. En realidad, más que amor, al menos en el primer cuento, lo que se da es una especie de aliciente a su insulsa vida. Como para probar, para tener algo de lo que preocuparse. En el segundo cuento puede que el protagonista sí que esté enamorado de su prima, pero también es un amor platónico acentuado ante la inminente boda de ella.

 

Por último, podríamos agrupar otros cuatro cuentos en los que sus protagonistas, todas ellas mujeres, viven una vida solitaria como doctora que se enfrenta, aunque de pasada, a sus años de infancia (En qué nos hemos convertido); como profesora (Callos a la madrileña y No es de verdad); o como fotógrafa (¿Te gusta Debussy?).

 

Algo que me ha parecido muy positivo y que vengo observando en las escritoras es la alternancia de narradores en primera tanto masculinos como femeninos. Los escritores normalmente escriben solo desde el punto de vista del hombre; cuesta ver un cuento o novela escrito por un hombre bajo el prisma de una mujer.

 

Sea como fuere, Margarita Leoz utiliza tanto la primera persona como la tercera con protagonistas hombres o mujeres, dotando a sus cuentos de una pluralidad que parece decirnos que ni unos, ni otros, nos libramos de nuestros pequeños fracasos.

 

 

 

bottom of page