LA MIRADA OSCURA - GISBERT, JOAN MANUEL
Ilustrador: Francisco Solé
(La edición de Anaya aporta ejercicios para antes y después de la lectura).
Joan Manuel Gisbert nace en Barcelona en 1949. Sus obras han sido galardonadas con diversos premios, entre los que destacan: el Premio Lazarillo, en 1980; Premio Nacional a la mejor labor de creación, en 1985; el Gran Angular y El Barco de Vapor de la Fundación Santa María, etc.
Francisco Solé nace en 1952. Es arquitecto por la Universidad Politécnica de Madrid y desde 1980 trabaja como ilustrador. Ha colaborado con numerosas editoriales de literatura infantil y juvenil y de adultos ilustrando libros y realizando portadas.
Libro de misterio, interesante para adolescentes.
En las historias de misterio la atención del lector se capta rápida e intensamente y es difícil sustraerse a la lectura. A diferencia de las novelas policíacas Joan Manuel Gisbert, crea un suspense especial con la llegada de unos extraños a un pueblo que guarda un secreto, por el que se sienten amenazados.
En general pueden indicarse varias características en la novela de misterio: algunos elementos maravillosos que se emplean provienen de la imaginería popular, como situaciones trágicas que nunca llegaron a explicarse por la vía de la lógica y que, esporádicamente, se repiten; viejas leyendas que se recuerdan, etc.
En la historia se incluyen objetos simbólicos de los que los lectores más avezados se aprovecharán para comprender los hechos: laberintos, números, espejos, la luna, determinados animales. También la naturaleza tiene un protagonismo destacado actuando en contra de sus leyes habituales o provocando situaciones inesperadas. La noche, con todas sus características –luna, silencio, ruidos poco habituales de animales...–, suele ser uno de los escenarios favoritos en las novelas de misterio. El narrador se posiciona en la historia de manera distanciada, creando ambientes e interrogantes. No trata de salvar al protagonista amenazado ni de tranquilizar al lector, tan sólo le interesa distribuir la información hábilmente, con descripciones escuetas, interrumpiendo la narración en el momento más intenso, finalizando el capítulo con la gran amenaza, como dándole al lector tiempo para prepararse para lo que vendrá. Los personajes son buenos o malos, inocentes o sospechosos, y el lector siempre tiene la impresión de que los papeles pueden cambiar repentinamente. Los supuestamente inocentes tratan de encontrar la verdad, la lógica de una situación a todas luces absurda e incomprensible, y para ello se valdrán de todo cuanto esté a su alcance, desde el simple razonamiento al objeto mágico; desde la intuición al imprevisto azar.
El lector, con una tensión creciente, irá acercándose al final de LA MIRADA OSCURA con pocas pistas, mucho interés por los acontecimientos y con la espera de los atinados golpes de efecto que el escritor le brindará.
En España, la novela de misterio para jóvenes no es uno de los géneros más utilizados por los escritores. Joan Manuel Gisbert es el escritor más destacado.
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El misterio, dice el autor, atrae y estremece a la vez, porque junto al temor y al peligro existe la posibilidad de encuentros y descubrimientos. El par atracción-miedo es uno de los componentes más intensos del sistema emocional.
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El interés y la emoción acumulados en el relato se reactivan bajo la mirada del lector.
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El placer de la lectura es algo que tiende a crecer con cada nueva obra bien elegida que leemos hasta que se nos convierte en algo a lo que no renunciaremos nunca.
