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CUENTOS DE PELÍCULA - CORTÁZAR, JULIO

 

Cortázar y sus historias de película cinematográfica.

Los relatos del autor que se llevaron al celuloide, en un libro

 

Se sabe: cine y literatura hacen buena pareja. A veces gustará más el libro, a veces más la película. Julio Cortázar aportó al séptimo arte algunos de sus mejores relatos; historias extraordinarias que cineastas reconocidos no dudaron en adaptar al lenguaje audiovisual, y que la editorial Del Nuevo Extremo ha recopilado en el libro Cuentos de película.

 

Los buenos servicios, Las babas del diablo , El perseguidor , que Cortázar consideró "una pequeña Rayuela ", y Autopista del Sur se compendian en esta publicación: cuatro obras que dieron origen a importantes films, realizados por directores como Claude Chabrol, Jean-Luc Godard, Michelangelo Antonioni o Clint Eastwood.

 

Los buenos servicios, de boca de una pobre sirvienta, nos muestra la falsedad que hay en las relaciones sociales burguesas y cómo una mentira puede adquirir matices de verdad solo con expresarla.

 

El francés Chabrol adaptó para la pequeña pantalla Los buenos servicios. Titulada Monsieur Bébé, la cinta apareció en la televisión francesa en 1974, en la serie Histoires insolites. Y bastante insólita es la historia de Madame Francinet, la señora contratada por una familia adinerada para cuidar los perros de sus huéspedes. Después de una larga y peculiar noche de incómodo trabajo, Francinet entabla un cariñoso vínculo con uno de los invitados, Monsieur Bébé. Un tiempo después, la familia vuelve a requerir de sus servicios, pero no como cuidadora esta vez...

 

Narrada desde el punto de vista de la protagonista, Cortázar se sirve de este recurso para que el lector descubra un secreto a medida que avanza el relato del personaje.

 

En tanto, el italiano Antonioni se basó en Las babas del diablo para su clásica Blow Up. Filmada en Londres -la cinta se ha convertido en testimonio del Swinging London de la época-, en 1966, y protagonizada por David Hemmings, fue la primera película que el director realizó fuera de su tierra. El relato, breve, describe las lucubraciones y fantasías de un fotógrafo luego de retratar con su cámara una escena entre una mujer y un joven -¿posibles amantes?- una mañana de domingo parisiense. Antonioni retomó la idea del observador externo, ajeno a la acción, pero le dio un giro de guión: en el film, la fotografía serviría no ya para dar rienda suelta a la imaginación del personaje, sino para descubrir un crimen.

 

El film Bird (1988), de Clint Eastwood, y el cuento El perseguidor comparten el núcleo argumental: la vida del músico de jazz Charlie Parker, fallecido en Nueva York en 1955, a los 35 años, luego de un ataque al corazón, producto de años de adicción a la heroína y al alcohol. El perseguidor, situado en París, da cuenta de los últimos días de la autodestructiva vida de Johnny Carter -nombre falso de Parker-, narrados por Bruno, crítico de jazz y amigo del artista. Aunque el film de Eastwood no está basado en la obra del escritor, resulta interesante descubrir las diferencias y similitudes entre los dos trabajos.

 

Finalmente, la asfixiante y surrealista historia del embotellamiento descrito en Autopista del Sur, en el que Cortázar describe las circunstancias disparatadas que se generan entre los dueños de los autos varados en una autopista camino a París durante días. Fueron dos los films que se inspiraron en ese caos automovilístico: Week End (1967), de Godard, delirante -tal vez demasiado-, pero fiel al estilo crítico de su director, que vuelve a arremeter contra el mundo burgués y consumista de la década del 60 francesa (se dice que la cinta fue precursora del Mayo del 68), y El gran atasco (1978), del italiano Luigi Comencini. Esta segunda adaptación fue una coproducción entre Italia, Francia y España, con actuaciones estelares de Gérard Depardieu, Marcello Mastroianni, Angela Molina y Fernando Rey.

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