top of page

LA PESTE - CAMUS, ALBERT

 

Unos breves relatos, unos dramas, algún que otro ensayo, varias cartas, unos cuantos artículos, en total pocas páginas, pocas palabras, pero en ese poco que Albert Camus nos ha ofrecido, encontramos el hombre moderno y su tormento, su miseria y su grandeza. Digamos inmediatamente que toda la obra de Camus –breve pero densa- oscila entre el amor y la ansiedad, entre “el mar y las prisiones”, según frase suya.

 

Contrastes pues de felicidad y de miseria, de alegría y de angustia, entre los que nuestro autor se debate para intentar arrancar al tiempo, al sufrimiento y a la muerte ese fruto dorado del tiempo que es la vida humana.

 

Calígula, se ha visto en la necesidad de meditar con pasión esa verdad “a la par simple y clara, un poco idiota, pero difícil de descubrir y dura de llevar: los hombres mueren y no son felices”. Tienen por tanto necesidad de lo imposible, “de algo que tal vez resulte demente, pero que no sea de este mundo”.

 

Todo cuanto Camus escribió tiende a denunciar la absurdidad del mundo y a buscar desesperadamente el sentido de la vida.

 

Para encarnar los temas que le obsesionan, Camus se ha venido sirviendo alternativamente de dos formas de arte contemporáneo: el relato y el drama, reservando por lo general el tema de la voluntad de potencia a su teatro y a sus relatos el de la lucha de los oprimidos, a los que les está prohibida la rebelión violenta.

 

No obstante la premeditada economía de medios de expresión –influencia indudable de la literatura norteamericana de nuestros días- las dos formas de expresión señaladas sobresalen por su grandeza y su objetividad, siendo necesario aclarar sin pérdida de tiempo que la objetividad de Camus no tiende a crear la ilusión de lo real, como generalmente suele ocurrir. Y no tiende a crear esa ilusión por la razón de que lo que está en discusión  en sus obras es justamente lo real; lo que trata es de hacer sentir la incoherencia de nuestro mundo, correspondiendo al lector o espectador el proporcionar la respuesta a la pregunta que sugiere un cuadro presentado sin comentarios.

 

En cuanto Camus ha escrito existe un estilo de vida y de pensamiento, unas ideas, una moral. El ensayista, el autor dramático y el moralista que es Albert Camus, ha sabido preservar espontáneamente su forma y su contenido de todo lo que la actualidad, la contingencia, la política, la polémica o la propaganda aportan de vulgaridad y de trivial facilidad. “Le style est l´homme méme”. Jean Paul Sartre escribió sobre Camus, hace años, antes de perderse por los meandros de la política comunista-existencialista: “Es de agradecerle el que una el sentimiento de la grandeza al gusto apasionado de la belleza y la alegría de vivir con el sentimiento de la muerte”. Subrayemos que Albert Camus ha logrado ser lo que en el buen sentido de la palabra se denomina un clásico. Una página suya es fácil de reconocer por su pureza de buen cristal y esa especie de vibración contenida que señala el control de un escritor sobre los movimientos de su pensamiento y de su corazón.

 

El gran problema planteado es éste: ¿Cómo hacer  coincidir el espíritu del hombre con su naturaleza, su impulso hacia lo eterno y el carácter limitado de su existencia? Y afirma: “Crear, es vivir dos veces”.

 

Albert Camus se ha convertido en una especie de director de conciencia de un sector de la juventud francesa y europea.

 

 

  "...comprendió (verdaderamente) que los hombres fingen respetar el derecho y solo se inclinan ante la fuerza." (El primer hombre)

 

 

Alguien que crece sin un padre con una madre medio sordomuda, física e intelectualmente, en un país que lo trata como extranjero, que se construye a sí mismo, que derrota la pobreza y sus límites, que tiene que construir una moral y una ética, una patria, un modo de tratar con las mujeres tiene todo el derecho de auto definirse como el “Primer Hombre”.

 

 

LA PESTE

 

En “La Peste”, el autor busca la definición de una moral práctica, que consiste en ponerse al lado de las víctimas en todos los momentos para así mejor limitar el daño, o sea de ayudar a vivir y a luchar por la vida.

 

 

bottom of page