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MEMORIAS DE UNA VACA - ATXAGA, BERNARDO

 

Novela corta destinada en principio al público juvenil y publicada en 1991 por la editorial Pamiela. Seleccionada por la IBBY (International Board on Books for Young People), figura en su lista de honor desde 1994. Libro recomendado en Alemania durante los meses de noviembre y diciembre de 1995 por la Radio Alemana y la Revista Focus. Existe también una versión en CD en alemán (Radio Bremen y Pollux-Audio in Altberliner Verlag. 2000 Berlin-Munchen).

 

Las novelas de B. Atxaga están repletas, en general, de personajes tristes y problematicos. Observaremos que los temás del homicidio, suicidio, discriminación, violencia, soledad, aislamiento, locura, etc. son frecuentes en ellas. En cambio, la novela Behi euskaldun baten memoriak (Memorias de una vaca vasca) es una excepción en medio de esa tónica general, por el carácter alegre y jocoso de algunas situaciónes y personajes, a pesar del tema postbélico que conlleva, y de la soledad, angustia y monotonía que condicionan la vida de los protagonistas. Por otra parte, aunque su éxito de ventas fue pobre al principio en el País Vasco, finalmente ha sido muy satisfactorio, pues ha alcanzado veinte ediciónes en euskara convirtiéndose así en la novela vasca que más reediciones ha logrado; asimismo, a finales de 1995 ocupó los primeros puestos en el ranking de libros más vendidos en Alemania. Esta obra podría estar catalogada dentro de la literatura infantil por su caracter fabulístico, corriendo así el riesgo de no valorar la rica semántica que subyace en ella. Es, sin duda alguna, un libro escrito más para adultos que para niños y adolescentes.

 

Podríamos adelantar desde el principio, algunas de las notas que caracterizan a esta obra al describirla como festiva, original, política, humorística y amarga, sencilla y profunda, ingenua e irónica, singular y extraña, histórica y autobiográfica, simbólica y surrealista, llena de suspense y de intriga, repleta de acción, diálogo y monólogo interior. Además, tres de las palabras que componen su título, describen a grandes rasgos el contenido de este libro. Como eje central de la novela aparece una vaca; pero como reza la canción popular, « no es una vaca cualquiera » pues, además de dar patadas a los lobos, sabe pensar, escuchar la voz de su conciencia, y escribir sus memorias impulsada por una fuerza interior. Es, además, una vaca vasca, pues se expresa en euskara y es capaz de comprender el dialecto de Zuberoa (el más difícil de los dialectos vascos, « [...] hizkera deabru horretan [...] » p. 35), en el que se expresa su amiga, la monjita de Altzürükü, que le acogerá en su convento. Finalmente, este personaje singular escribe sus memorias comprendidas entre 1940 y 1990. 

 

Argumento

 

En el umbral de la novela hallamos la canción popular francesa: « Au clair de la lune [...] », (p. 13). Ello podría interpretarse como un avance del carácter intertextual y dialectal que embellecerá muchas páginas de la obra con citas francesas y largos pasajes escritos en el dialecto de Zuberoa, dentro del vascuence unificado en el que aparece la novela. La vaca Mo (sonido onomatopéyico de mugido) nace en un caserío muy especial, Balantzategi, en el que no hay ningún perro, ni gallinas, ni ovejas y sirve de almacén de avituallamiento de los maquis republicanos escondidos entre las montañas: Estos maquis, tras ser derrotados en la Guerra Civil Española (1936-1939), luchan todavía contra las fuerzas de un general en un rincón, sin ubicación precisa, del País Vasco.

 

(La guerra que empezó en el treinta y seis, aún no se ha acabado. Al menos no en nuestro valle. Los que bajan secretamente del monte a Balantzategi no quieren rendirse y siguen luchando contra el General de España.)

 

Mo convive con otras once vacas (siete negras como ella y cinco rojas) durante los dos primeros años de su existencia (1940-1941) en ese caserío. Este período de tiempo ocupa siete de los nueve capítulos de la novela y aparece descrito con muchos detalles, desde la lucha encarnizada de Mo contra dieciséis lobos en medio de una noche de rayos y truenos. Fue precisamente en esa noche, cuando Mo prometió escribir en un futuro sus memorias, como se lo recordará más tarde su voz interior. Tras medio siglo de existencia y hallándose ya en el ocaso de su vida, Mo se decide a cumplir aquella promesa siguiendo el dictamen de su voz interior. Son muchos los recuerdos, contratiempos y pormenores que debe consignar: sus dos años de niñez en Balantzategi en cuyos alrededores aparecen los restos de un avión estrellado y tres cruces que recuerdan a otras tantas personas fusiladas por los vencedores (una de ellas perteneciente al marido de Genoveva, la dueña de Balantzategi.); las malas relaciones con los enemigos del caserío, D. Gregorio, alias « Antiaju Berde » y sus sicarios: « Balantzategiko etsaiak !; la compañía de su mejor amiga « La Vache qui Rit » y la antipatía hacia las vacas rojas especialmente « Bidani » ; las trampas urdidas por Genoveva (propietaria del caserío) y por su fiel criado Usandizaga, « Bizkar Oker » (Encorvado) a los treinta guardias enviados por el General a colaborar con « Antiaju Berde » para impedir el avituallamiento de los maquis ; la lucha continua de Mo para no convertirse en una vaca corriente; la venta de Mo y de « La Vache qui Rit » efectuada por los dos hermanos « Hortzaundi » (Dentudos) a unos jóvenes que preparan una fiesta taurina; la huída al monte junto a « La Vache qui Rit », con la consiguiente soledad y aburrimiento ; la decisión de su « copine » de metamorfosearse en jabalí; el encuentro inesperado, irreal y surrealista de Mo con Pauline Bernardette quien la toma como dote para ingresar en un convento de religiosas; la vejez de Mo, etc.

Estructura

 

La historia de la vaca Mo está descrita con muchos detalles a través de los capítulos 1-8; el noveno y último capítulo está dedicado a la redacción de las memorias de Mo en cuya corrección pasará diez años. La mayor parte de la novela aparece en forma de narración, pero abundan también los diálogos que aligeran el ritmo de aquélla. El Setatsu (Testarudo) o voz interior de Mo, merece una atención especial. Una vez más, el autor se vale de este recurso literario (usado ya en Bi anai, y como veremos más tarde, en Gizona bere bakardadean) para conformar una novela original e interesante. El apelativo Setatsu (repetido en una ocasión hasta seis veces consecutivas, es comparado con un piojo por su persistencia a la hora de aconsejar a Mo). Se desconoce la naturaleza de esa voz interior que ni la misma Mo es capaz de definir y la compara con algo espiritual o metafísico; sólo le consta que la lleva dentro (Le llamará Ángel de la Guarda, Espíritu, Habla, Voz, o lo que fuere.)

 

El valor simbólico de algunos nombres, conceptos y personas embellecen también esta novela tan singular: Pauline Bernardette, nacida en un pueblo cercano a Lurdes, evoca la imagen de la vidente Bernardette Soubirous; « Antiaju Berde » con su forma extraña de hablar (« Karral, Karral, Karral ») simboliza la fuerza extranjera y opresora en el País Vasco; el General (escrito con letra mayúscula) representa a F. Franco; los dos hermanos « dentudos » son el prototipo del sicario, etc. Otro tanto se podría afirmar del desierto (símbolo de soledad y marginación) tan del gusto del escritor de Asteasu. La expresión « Sekretuen Gurpil Haundia » (La Gran Rueda de los Secretos), tan repetida en la última parte de la novela, se asemeja a la rueda del tiempo que gira incesantemente desvelando paulatinamente el contenido de los acontecimientos inescrutables. Las letras Alfa y Omega (primera y última del alfabeto griego) podrían representar el proceso evolutivo de los seres animados. La presencia de dos personajes renombrados en la cultura vasca: el bertsolari guipuzcoano « Uztapide » y el dramaturgo labortano P. Larzabal (combatientes en la Guerra Civil Española, y en la II Guerra Mundial, 1939-1945) completan el cuadro simbólico de esta obra original.

 

Personajes

 

« Mo ». Nace hacia 1940 en Balantzategi. Desde muy joven duda sobre su propia identidad; no se conoce bien a sí misma y se pregunta quién es. Apoya a Genoveva y a los maquis, mostrando una rebeldía innata contra vencedores en la Guerra Civil. Detesta ser una vaca corriente y preferiría convertirse en caballo o simplemente en gato, pero finalmente decide ser « una auténtica vaca ». Mo es el personaje más problemático de la novela, además de convertirse en narrador y protagonista. Tras pasar cuatro años en compañía de « La Vache qui Rit », ésta la abandona en el monte, y se ve obligada a bajar a un pueblo de Zuberoa donde se topa casualmente con Pauline Bernardette a quien la defiende, hiriendo a un joven que la ha ofendido por su pequeña estatura.

 

« La Vache qui Rit ». Es la mejor amiga de Mo durante cuatro años, ambas dialogan constantemente. Es muy luchadora y le desagradan mucho las vacas « makalak », esto es, aquellas que se limitan a pastar en las verdes praderas del caserío. No quiere seguir siendo una vaca corriente, pues no hay en el mundo cosa peor que esto. Le gustaría, en cambio, convertirse en jabalí.

 

Soeur Pauline Bernardette. Este personaje no aparece directamente implicado en los acontecimientos de Balantzategi ni en los primeros capítulos aunque se le menciona a menudo usando la técnica retrospectiva de anticipación del flash back, que rompe el orden cronológico regular de los acontecimientos pasados. Así, por ejemplo, se afirma: (Pero dejemos por ahora las historias de Pauline Bernardette y sigamos con lo ocurrido el día de mi nacimiento). A medida que avanza la novela, su papel va alcanzando gran importancia por la influencia que ejerce sobre la vaca Mo. Pauline se ve obligada también a pasar su propio desierto existencial al verse ante el dilema de entrar de religiosa en un convento o casarse, tal como desean sus padre. El accidentado encuentro de Pauline con Mo (se cae de una ventana sobre la vaca) sirve para que, más tarde ésta pueda vivir de por vida en el convento donde ingresará la novicia. Ella la hará feliz prodigándole toda clase de cuidados pero, sobre todo, por la bondad con que la trata: (Mi monjita aparenta tener diez pequeños corazones en lugar de uno solo.)

 

Entre los personajes secundarios destacan Genoveva que será arrestada y su anciano criado Usandizaga, « Bizkar Oker », que morirá en un tiroteo entablado contra las fuerzas de « Antiaju Berde », el peor enemigo que Mo conoció en toda su vida. Finalmente, están los « Hortzaundiak » (Dentudos), dos hermanos gemelos, sicarios de « Antiaju Berde », que al final serán recompensados por su colaboración.

 

Coordenadas espacio-temporales

 

La acción de esta novela se desarrolla en el País Vasco; en un lugar indeterminado en torno al caserío Balantzategi, y en la provincia de Zuberoa, dentro de un convento. Gran parte de la obra gira en torno a este caserío y a sus alrededores. Una inesperada descripción del mismo situará al lector en este lugar extraño y conflictivo.

 

(En Balantzategi las vacas somos verdaderas vacas, y la hierba es auténtica hierba. Pero las demás cosas no son lo que aparentan. Para empezar no es una casa de labranza. Lo parece pero no lo es. Ya has visto que no tienen perro delante de la puerta y que las vacas no hacemos nada. Pero además, ten en cuenta que no tienen gallinas, ni ovejas, ni ningún otro animal doméstico, ni saben segar...lo más gordo del caso es que no saben segar ni Genoveva ni el « Encorvado. »)

 

Junto a nombres de la geografía vasca de la provincia de Zuberoa (Altzürükü, Urdinarbe, Kakoeta) aparecen otros lugares del universo (Grecia, Troya, Esparta, etc.). A la hora de narrar la importancia de la vaca en algunas partes de Asia, se mencionan los países de Pakistán y de la India.

 

En cuanto a la coordenada temporal conocemos la fecha del nacimiento de Mo, 1940, en torno al cual arranca la novela. A diferencia de la mayoría de las novelas de B. Atxaga, ésta no ofrece gran dificultad en este terreno, aunque a veces se limita a dar ideas muy generales, por ejemplo: (La Rueda del Tiempo comenzó a girar lentamente y al otoño le siguió el invierno, y al invierno la primavera, y a la primavera, de nuevo, el verano...). En cambio, algunas otras citas temporales son más precisas y aportan más luz a la hora de limitar el transcurso de la novela. Así, por ejemplo, al comentar Mo su última temporada pasada en compañía de « La Vache qui Rit », afirma: (En el segundo año pasado en el monte). Con estos y algunos otros datos podemos completar a grandes rasgos la biografía de Mo (1940-199 (¿?)), de los que los dos primeros años los pasó en Balantzategi (1940-1941); otros dos en la montaña en compañía de su « copine » (1942-1943), y el resto de su vida en el convento con Pauline Bernardette (1944-1990 (¿?)), de los que vivirá una década corrigiendo sus memorias.

 

Estilo

 

La influencia de la literatura oral es también notoria en esta novela. Aparte de la mención del bertsolari « Uztapide », señalada anteriormente, los numerosos refranes (17); los bellos cantos populares de Zuberoa, que aparecen especialmente en el capítulo séptimo; el parangón que el autor establece entre la canción « Agur Euskal Herriari » del bardo J.M. Iparragirre y una de las frases del texto, son algunas de las pruebas que confirman esa influencia popular y oral de la literatura vasca en esta obra de B. Atxaga.

 

« Mundu honetan belar ederrak badira baina bihotzak dio zoaz Balantzategira ».(Hay hermosos pastos en este mundo pero mi corazón me dice vete a Balantzategi. Gabriel Aresti. Poemak (I), Donostia, Kriselu, 1976: 482.

 

Entre las figuras retóricas más frecuentes resaltaría la repetición « kontra » de la página 73, que aparece repetida seis veces. « Laguna defendatu egin behar da beti otsoen kontra [...] », (Hay que defender siempre al amigo contra los lobos). Esta frase nos evoca también la famosa poesía « Nire aitaren etxea » (La casa de mi padre) de G: Aresti, que comienza de esta forma « Nire aitaren etxea defendituko dut. /Otsoen kontra. (Defenderé la casa de mi padre contra los lobos...). Mientras el poeta vizcaíno emplea cuatro veces la preposición « kontra », el escritor de Asteasu la repite seis veces.

 

En el aspecto lingüístico, sólo nos queda resaltar lo afirmado anteriormente sobre la combinación que el autor logra entre el vascuence unificado y el dialecto de Zuberoa, logrando siempre un vascuence llano, cotidiano y coloquial, pero muy rico, lleno de colorido, musicalidad y de diferente grafía que se pueden apreciar, por ejemplo en este pasaje.

 

 (Cuando yo vivía en Altzürükü – me contó un día -vivía feliz y contenta. Pasaba el día entero sola en la montaña, cuidando el ganado, y con eso y con las plegarias que le dirigía a Dios, tenía suficiente. Me fui creciendo y embelleciendo hasta llegar a ser una joven muy bonita. Y entonces mi padre me dijo: «  Tendrás que casarte; para ello debes ir al baile los domingos. Yo le contesté: « No padre, estoy bien cuidando el ganado en el monte. Y mi padre continuó diciendo: « De ahora en adelante no irás a la montaña sino al baile porque debes convertirte en una señorita casadera.)

 

Dice La vache qui rit que en este mundo no hay cosa más tonta que una vaca tonta. Y toda la vida de Mo consiste en demostrar a su amiga que ella, desde luego, a pesar de ser vaca -y no caballo brioso- no tiene ni un pelo de tonta. ¡Ni uno! Es una vaca notablemente Omega, y nada Alfa. Y tiene una voz interior, y una determinada manera de entender la vida, y... ¡muchas, muchas ganas de vivir!

 

 

 

 

 

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